NoMbRe DeSdIbUjAdO pOr FrAcCiOnEs De SeGuNdOs VeLoCeS!!!!!!

“Mientras el flautista alto y flaco, con una pluma en el sombrero y una flauta bajo el brazo, gustaba de tocar el tambor a la débil luz de un viejo piano de media cola, la ranita de Mauricio, que no sabia jugar, enseñaba a los niños a leer francés entre los recovecos de una de las torres de la gran muralla china. Mientras que el ratoncito blanco, que como bien se sabe no era un pato, se dedicaba a pensar a la sombra de un puesto de flores y frutas, la malévola bruja, que celebraba su no cumpleaños, miró al aventurero con sorpresa desde lo alto de un roble centenario en el que anidaba una lechuza. Mientras el malvado conde Mácula, siempre alegre y de buen talante, tocaba el piano mientras se lavaba los dientes sin alejarse mucho de una maquina que no servia para nada, el intrépido Diego, después de dar su gran golpe, busco escondite con esmero en el “club de Defraudadores Licenciados”.
Mientras todo esto pasaba, un niño, un simple y común niño, lloraba, si si, solo lloraba, no pataleaba, ni gritaba, solo lloraba. Pero no lloraba de dolor, o de capricho, o de impotencia, o porque se murió alguien, o porque su perro se escapo, solo lloraba, lloraba de llorar.
Continuara...
O no...”